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La Historia del Velero Ju


La historia de nuestro velero, el Ju, empieza en Enero del 2009, cuando después de buscar y navegar con muchos veleros a la venta, Judith y yo encontramos un Tayana 42, en Palma de Mallorca. El barco nos enamoró desde el primer momento. Sobrepasaba nuestro presupuesto, pero si el barco era lo que parecía, estábamos dispuestos a hacer un esfuerzo para conseguirlo.

Pedí a un amigo, ingeniero aeronaval y con amplia experiencia en la náutica, que me acompañara a ver y probar el barco; necesitaba una segunda opinión para asegurarme de que no me traicionaba el amor a primera vista que tanto Judith y yo habíamos sentido al ver el velero. Cesar, mi amigo, nos dio su aprobación. Gracias Cesar.

La negociación no fue fácil pues el velero, a pesar de sus 20 años, se conservaba perfectamente y no había mucho donde negociar las rebajas. Pero la conversación que tuve con su propietaria, Johana…. Todavía me emociono cuando lo recuerdo…..Le conté que nuestro proyecto, sin fecha de puesta en marcha , consistía en preparar el barco para dar la vuelta al mundo, que cambiaría el nombre del barco, que se llamaba «Jo Dieburg «(Ciudad de JO), por el de Ju, diminutivo del nombre de mi mujer, y que seria un regalo que Judith desconocía; ….sin poder terminar de contarle nuestros proyectos, Johana, la propietaria del barco se puso a llorar desconsoladamente. El bróker alemán y yo nos quedamos paralizados. Yo pregunte a Johana si había dicho algo que la hubiera podido ofender, a lo que ella respondió:

– No, no has dicho nada ofensivo. Es como si explicaras nuestra propia historia, la de mi marido y yo.

Su marido Manfred, fallecido un año antes aproximadamente, y ella también querían dar la vuelta al mundo. El velero se llamaba Jo, como diminutivo de Johana y también había sido un regalo sorpresa de su marido ponerle ese nombre…

Dos días más tarde, después de haber pactado la compra del velero, Johana se presento en el barco con su hija, su nieta y con una foto de Manfred en las manos y con ojos llorosos, nos pidió por favor si podíamos llevarnos a su marido a dar la vuelta al mundo con nosotros para que, de un modo simbólico, pudiera cumplir su sueño. Desde entonces la fotografía de Manfred viene en el Ju a todas partes.

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