Titanic

Soltamos las amarras el 2010 en Badalona, dejando familia, amigos y todas las comodidades de vivir en tierra. Nos embarcamos en nuestro velero JU.

Hemos vivido en Panamá, dónde ha crecido nuestro hijo. Entre la selva y el mar, los monos, los osos perezosos, las tortugas, las mantas y los tiburones, el barco y las islas, el viento, el sol y la lluvia. Aleix tiene ya 4 años. Se mueve con una gran facilidad por el velero. Es ágil, despierto y sociable. Le encanta la naturaleza, y los animales. Perfecto para poner en marcha nuestro sueño.

¡Continuar nuestra singladura!

Dejamos Bocas del Toro, y allí, grandes amigos.
La familia de los Valencianos, como los llamamos nosotros. Felices de dejar Bocas del Toro y tristes de separarnos de ellos. Siempre recordaremos la cantidad de aventuras que hemos vivido juntos. De estos que te tocan la fibra. ¡Es un hasta luego!
Edi y Pepa también los conocimos en Bocas, aunque ellos se fueron antes que nosotros. Tiene un proyecto muy bonito en otro lugar del mundo. En un futuro esperamos ir a visitarlos. Amigos os deseamos lo mejor!
Cuando estás lejos de los tuyos, los amigos son más que amigos, son familia.

El Caribe es un sitio espectacular, un paraíso. Dónde hemos podido vivir fondeados todo el año y ganarnos la vida. Agradecidos de vivir estos años. Panamá nos ha dado mucho. Llegamos siendo una pareja y nos iremos siendo una familia. Pero no cuadramos del todo con este lugar; desgraciadamente también es un sitio peligroso.

Recuerdo que cuando llegamos a San Blas, Panamá, de eso hace 6 años, que nos contaron la historia de Javier el asesino. Hacía tan solo 6 meses había sido capturado en la selva, a caballo en dirección a Colombia. Español, asesino en serie. Escogía a victimas solitarias, capitanes con velero para poder quedarse con su barco y sus pertenencias.

Han sido unos años muy intensos dónde hemos aprendido a ser libres, padres y disfrutar de los muchos paraísos que tiene este bonito país. Pero, no es nuestro lugar, no para mi familia. ¡Ahora nos toca volver a navegar!

Dejamos Bocas del Toro, rumbo a Colon, a la marina de Shertel Bay, antigua base militar Americana llamada Sherman.
Al cabo de 2 días vinieron los técnicos para medir la longitud total del barco. Todo lo que sobresalga más allá de la medida con plomadas, del back stay al stay de proa se suma a la eslora total. El nuestro hace 42 pies y para ellos media 47 pies. El precio varia según la medida del barco pero pasados los 50 pies sube la tarifa.
Los técnicos te hacen una serie de preguntas como la velocidad máxima y velocidad en maniobra o cuantos metros de cadena llevas por si hay que fondear.
¡Importante! Hay que tener una Bocina de señales, sin ella, no ten dan el permiso para cruzar el canal.

El Domingo 15 de Enero del 2017 a las 8h. p.m. cruzamos la primera esclusa del Canal de Panamá. Tuvimos la gran suerte de ir solos, sin ningún velero abarloado y a la popa de un carguero. Afortunados pues la mayoría de accidentes se producen cuando van varios veleros juntos y abarloados.
Hay que estar atento. Una equivocación podría ser fatal. El velero podría golpearse contra el inmenso muro del Canal.

En la tripulación de abordo estaban mis padres que les hacía mucha ilusión cruzar, con nosotros. Dos “liners” que contratamos; mi Marc el capitán, nuestro hijo Aleix, yo, y el Piloto Práctico que no se queda nunca a pernoctar.

Justo cuando íbamos a entrar en la primera exclusa Aleix se durmió. Bufffff! Que suerte la mía! Podría estar 100% atenta en mi tarea de “liner”. ¡Fueron momentos de pura magia! Yo estaba en la proa de estribor, Santos proa de babor, Marcos popa de estribor y mi padre popa de babor. Marc a la caña.

Ya teníamos los cabos preparados en nuestro velero JU. Solo faltaba mandarlas a los marineros en tierra. Son 4, uno por cada amarra y van andando al mismo tiempo que el velero avanza. Dos a estribor y dos a babor.
Ellos lanzan una línea al barco. Al extremo de la línea fina tiene una bola pesada tejida del mismo cabo, que aquí llaman “puño de mono”.

Al recibirla, debes hacer un as de guía con el cabo grande que esta en cubierta, de este modo los marineros en tierra pueden cazar para ponerlas en las bitas. Mientras tanto el piloto práctico les va dando ordenes, ” 1 y 3”, que significa la primera bita y la tercera. Son las que nos correspondían por la eslora de nuestro velero. Empieza a entrar el agua en la esclusa.

Ahí empieza el trabajo duro para los marineros de a bordo. Hay que ir cazando y templando el cabo a medida que el velero se va elevando. Es un trabajo en equipo ya que el velero tiene que quedarse en el medio. Si el de babor cobra demasiado cabo el de estribor no puede cazar y el velero se puede quedar atravesado.

El capitán tiene que estar atento a la caña y con el motor en marcha esperando lo que le vaya indicando el Piloto práctico. Antes de entrar en el canal el práctico le dijo al capitán – Piense que usted tiene siempre el control del bote- . Esto lo entendimos al entrar en la esclusa cuando una fuerte corriente quiso tirar al JU contra el muro, y Marc tuvo que acelerar de golpe para separarse de éste. Al salir de las esclusas, el carguero que teníamos delante provocó fuertes turbulencias al avanzar. Marc tubo que maniobrar marcha avante para evitar desplazarse hacia los muros del canal. Teníamos la adrenalina a tope!

La misma noche hicimos 2 esclusas más sin ningún contratiempo y luego nos quedamos a dormir en el Lago Gatún amarrados a la banda de una boya y al otro lado de la misma, otro velero.

Estábamos exhaustos y hambrientos después del esfuerzo físico y la tensión de pasar las esclusas. Marc y yo hicimos la cena para los 7 tripulantes de a bordo y lo celebramos con… “Ron Ron Ron la botella de ROOOOOOOON!!!!!” Por supuesto Ron Abuelo, el Panameño. Estábamos muy felices de pasar el primer paso. ¡Todos hicimos un buen trabajo!

Al día siguiente a la hora convenida no se presentó el Piloto práctico obligatorio. Según tránsito del canal, estaba enfermo. ¡Que decepcionante! El Piloto práctico, es el que te va informando, cuando entrar a la primera esclusa, a la velocidad que tiene que ir tu velero, con que buque o veleros tienes que ir. Y cuando llegas a las esclusas va dando ordenes a los marineros de tierra para que tiren las líneas. Es un apoyo al velero, capitán y marineros de abordo. El pilota práctico es obligatorio. Sin él no podemos avanzar.

Nos quedamos un día y una noche más en el Lago Gatún sin poder bajar del barco y tampoco nos bañamos. Hay cocodrilos. Son 28 millas de Lago que hay que cruzar.

El Martes, 17 de Enero del 2017 cruzamos las 3 últimas esclusas para llegar finalmente al Océano Pacífico! Es mi número mágico. Quizás era nuestro destino que fuera esta fecha.

Éstas esclusas son más fáciles ya que vas de bajada y solo tienes que ir amollando las amarras.

La familia de Marc estuvo informada con las fotografías que les mandaba vía WhatsApp en todo momento. Mientras ellos chequeaban el google maps para imaginarse por donde estábamos pasando. Ellos estaban con nosotros también.

En la última esclusa de Miraflores no pude retenerme y me puse a llorar de alegría. ¡Que emoción! Hacía 6 años que estuvimos con mis padres, en ese mismo lugar como espectadores, mirando los buques que pasaban por el canal.

¡Abracé a mis padres, a Marc y Aleix!

En ese mismo momento estábamos a la espera de la obertura de la siguiente esclusa y teníamos los espectadores del restaurante de Miraflores. Un grupo me izó el gesto de la escena mítica de Leonardo DiCaprio de la película “Titánic”. Sin pensarlo, me puse en la proa de nuestro velero ha imitar el mismo gesto… flotando de alegría… ¡Me reí un montón!