En la mini-tienda de la marina encuentro la única antena de VHF que les queda. Y durante los dos días siguientes la cambio, hago revisión del motor, cargamos algo de provisiones extra, llenamos los tanques de agua y de gasoil y, al tercer día: nos hacemos a la mar con un parte meteorológico suave, demasiado suave.
Dos días de no más de 120 millas.
Dos días al pairo, cero viento, y al 5º día empieza a soplar una brisa suave de 20 nudos que iría en aumento progresiva y lentamente durante las dos semanas siguientes.
Después de dos días amurados a babor, haciendo una revisión general de todo lo que más esta trabajando en el barco, en la zona de los guardines, piloto automático, etc, veo que el soporte del piloto, hecho de una placa de acero inoxidable de 5mm de grueso, se ha doblado considerablemente, aunque de momento no se deja notar en el buen funcionamiento del piloto automático. Lo enderezo y lo apuntalo por arriba y por abajo. Esta reparación del soporte me duró hasta Saint Marteen, y durante más de 6 meses. Un herrero lo reforzó como: -reparación definitiva- dijo.
Otro punto flojo resulto ser el arraigo del tangon al palo. Tuve que poner dos nuevos en los laterales del palo para substituir el que amenazaba con romperse. Hacerlo con más de 25 nudos no resulta fácil. El taladro se va con facilidad pero consigo ponerlos. El uso del tangón resulto imprescindible para la travesía atlántica.
Eso si, mucha pesca
Muy buenooo!!!!
¡¡Muchas gracias!! ¡¡Que bien saber que nos leen desde Florida!!
y el mar también habla, en susurros o a voces, dependiendo del viento que es su voz, pero siempre nos habla 🙂
Que supersticiosos sois los marinos. Apasionante relato de una travesía TransAtlántica. Muy bueno !
Los barcos hablan….y hay que escucharlos.